Monseñor Romero

Imagen para la IX vigilia a Monseñor Romero ASTAC, 
Isías Mata 2003 

“A propósito de Monseñor Romero,
su  influencia en las artes y la literatura”

A partir de la prehistoria, en el mundo de las relaciones humanas se han usado imágenes visuales que se han repetido como constantes, transformadas y evolucionadas, convirtiéndose en símbolos que guardan un vínculo importante con sus hacedores, donde las expresiones que hoy llamamos “estéticas” se posesionan con “significados”; los cuales adquieren valores socio culturales, para reivindicar memoria, afirmar los rasgos tempo- espaciales, formas de vida, convivencia y relaciones, que en última se constituyen y corresponde a un imaginario propio de una colectividad.
Estas imágenes cuando trascienden la línea del tiempo y el espacio, es cuando al materializarse en tangibles e intangibles, es porque los seres humanos las han empoderan, las hacen suyas en una franca interrelación de continuidad y de rescate, lo que implica, por un lado, un sentido de territorialidad y pertenencia, por otro, perfila el desarrollo de códigos comunicacionales que dan una cohesión desde el punto de vista filosófico y antropológico.
Importante es citar que, las ciencias sociales, como la historia, la arqueología y la antropología, que han posibilitado el encuentro, registro, clasificación y análisis de miles y miles de imágenes alrededor del planeta que, desde el paleolítico, son legados a Ia humanidad, ilustrándonos y dándonos fe de esa práctica tan humana de reflejarse y reafirmarse  en la historia; así como  de retomar imágenes con expresiones estéticas, aplicadas en los distintos soportes que van desde los líticos hasta los modernos; estas imágenes son expresiones “vivas” vinculantes con Ia realidad con sus actores.
Las imágenes se convierten paulatinamente en símbolos universales, regionales o locales, son verdaderos emblemas y estandartes representativos, que han cumplido y cumplen una importante función para el desarrollo de la humanidad de los pueblos y colectividades; a partir de esta premisa, se perfilan en Ia dinámica de futuro, siendo asumidos y nutridos vigorosamente por Los mismos actores a quienes, de forma reciproca, generan trascendencia. Estas son constituidas a través del despliegue de Ia práctica emotiva e imaginativa, son resueltas mediante el infinito proceso creativo e inventivo, que se desborda en los espacios compositivos con el binomio de forma y contenido, con el uso de un lenguaje que, además de poético, guarda inevitable y celosamente evocaciones y connotaciones en los planos con Ia vida Intima, en correspondencia con sus propios significados.
En esa vía, el nacimiento y perpetuidad de una imagen, símbolo o icono, no es azaroso, no es casual, es causal tiene base histórica, diacrónica, su perpetuidad Ia convierte en una narración abierta con contenidos tanto estéticos como ideológicos, pues transmite información de pensamiento a otros lenguajes y culturas, constituyéndose en referentes de un grupo o conglomerado social. Por ejemplo: haciendo una breve revisión de Ia historia, encontramos referentes iconográficos culturales en: los egipcios, los griegos, los romanos, los Mayas, los Aztecas, la Inca y otras culturas occidentales; también los encontramos en Ia cultura africana y Ia asiática, que nos narran parte de su tiempo y espacio.
Un ejemplo bien claro es ilustrado en Mesoamérica, es decir Ia zona Olmeca, Azteca y Maya, que abarca del norte de México hasta Nicaragua, y que desde el período formativo hasta el posclásico, son culturas que nos han legado una serie de importantes iconos que le dieron vida, coherencia, constancia, construcción ideológica, religiosa cohesión y esplendor a su desarrollo. Entre los más destacados iconos de estas, se encuentra Quetzalcóatl, Dios y mito de Ia vida, del renacimiento, de Ia agricultura; es pensamiento y conocimiento.
Esta imagen ha sido recreada en un raudal de formas y diseños, plasmado en pintura mural, esculpido en piedra, grabado, tallado, escrito en piedra, cerámica, y en los códices. Una imagen que trascendió fronteras geográficas, lenguas y espacios del mundo mesoamericano, posibilitando por consiguiente el desarrollo y crecimiento social, político, económico, sacro-mágico y cultural de sus naciones.
Lo anterior pareciera ser una herencia universal del ser humano y de nuestra región, de recobrar y resignificar en el transcurso de los tiempos aquellos iconos que son símbolos, que le han dado sentido a Ia vida de un pueblo y grupo social, y en donde las artes y la literatura han tenido una responsabilidad significativa para retomar esta herencia, lo cual es muy discutido.
En la contemporaneidad, las arte y la literatura, fundamentalmente las artes plásticas se han suscrito a una economía de mercado, para cumplir un gusto estético carente de contenidos que no le dan cohesión y no cumplan los compromisos reales del arte, es decir, un arte plástico con imágenes que no se preocupa por rescatar parte de Ia esencia de su identidad, o de retomar una iconografía del ideario colectivo de su nación.
Por ejemplo los plásticos continúan elaborando obras de caballetes, Las galerías se llenan de obras y exposiciones sosas o light. Los museos nos arrojan toneladas de obras, Ia mayoría de veces, sin contenidos significativos. Los marchands, galerista y críticos de arte elevan el valor económico y, en el plano de la plusvalía, endiosan hipócritamente a los plásticos y los consumidores; y repellan las paredes de sus casas para decorar y combinar hedónicamente su mobiliario.
La mayoría de las vedes, el gran público, perteneciente a los sectores populares, se encuentra excluido de esa dinámica, lo cual reafirma una posición de poder de los sectores dominantes quienes manipulan, tanto el gusto estético, como la inferencia directa que el mercado tiene sobre los artistas plásticos-obra y consumidores; además, este poder genera en los trabajadores de las expresiones estéticas, un pensamiento acrítico e irreflexivo, de indiferencia pasiva y hasta dependiente con respecto al ídolo del mercado. Esto representa una verdadera contradicción que responde a una política deliberada, donde La verdadera funcionalidad del arte es lo que menos interesa
En ese cosmos existe la diversidad del arte plástico de las otras artes  con sus usos pragmáticos y utilitarios a favor de los sectores del poder, con Ia reproducción de imágenes visuales, auditivos, masificadoras y con contenidos chatos y vacíos, Así, por ejmplo: tenemos toneladas de expresiones visuales que mezclan erróneamente lo nacional, lo patriótico y juegan hasta con la identidad cultural, junto con el proyecto del consumismo que crea una catarsis y entretenimiento populista, y para ilustrar, tenemos que consumir forzosamente e inconscientemente retratos de próceres, presidentes, futbolistas, de equipos de fútbol, básquetbol, tanto a nivel nacional como internacional, así mismo consumimos imágenes de cantantes, actores, modelos, entre otros.
De manera que Ia cultura y el arte de masas hace uso de las artes plásticas y otros géneros para crear un fenómeno de mercado económico y de perfil socio estético individualizante con carácter sensualista.
Sin embargo, frente a toda esta avalancha perversa de Ia modernidad o Ia globalización, y considerando los términos de Ia funcionalidad y los significados históricos de los iconos en las artes y la literatura, se puede decir con certeza que coexisten iconos que revisten suma importancia, contrastando plenamente con Ia cultura de masa institucional y del arte culto Imágenes que se convierten en referentes significativos para sectores que son excluidos de los programas y proyectos del arte y Ia cultura culta. También decir que, en Ia medida que el arte con sus trabajadores crea y recrea los símbolos que son iconos representantes y ejemplos vivos de una filosofía y de una práctica a favor de Ia humanidad, permiten adentrarse a través de Ia imagen estética a una re significación e interpretación de Ia historia, lo cual incide, no solo en las y los, creadores de los distintos géneros del arte y la literatura, artesanas y artesanos, sino a un importante conglomerado social.
En el siglo VI, forma tajante escribió el Papa Gregorio Magnon “Las imágenes son para los analfabetas, lo que las letras son para quienes saber leer”, esta frase nos conduce a una lectura excluyente, típica de una institución de poder, que si bien la imagen visual, era para las mayorías analfabetas, estas eran manipuladas bajo estrictos cánones y patrones ideológicos. Esto nos devela una clara posición de control, y hoy en día, este planteamiento se repite con otros métodos y estrategias modernas. Pero, Ia realidad y Ia sociedad siempre han tenido sus propias contradicciones y formas de resistencia, su propia inventiva pues, además, existen fisuras y fuerzas creativas de posicionarse, por retomar, reproducir valores estéticos que vinculen y den nexos a las aspiraciones nacidas desde y para el mismo pueblo. Consecuentemente se oponen a las imposiciones institucionales y tradicionales, creando así nuevas visiones de consumir y recrearse con el arte con contenidos simbólicos.
En tal sentido, y en esa contradicción, existen personajes como Martin Luther King, Malcom X, el padre Miguel Hidalgo y Costilla, Sor Juana Inés de Ia Cruz, El Che Guevara, Gandhi, José Martí, Violeta Parra, Neruda, Gabriela Mistral, Sandino, Farabundo Martí, Charles Chaplin, y Nelson Mandela, entre otros, que son verdaderos iconos importantes, sus memorias, pensamiento y acciones, son tratados y retomados como leit motiv, son inspiración para ser representados no solo desde Ia plástica sino desde las otras ópticas del arte y la literatura. La mayoría de estos iconos se escapan de los patrones institucionales se vuelven y son contradicción a Ia vez, se perpetúan en el tiempo y en el espacio, instalándose y teniendo vigencia sus legados por  décadas y cientos de años, siendo ellas y ellos soporte humano.
Dentro de este conjunto de personajes ahora iconos, no menos importante es Ia figura amplia de Monseñor Romero, que al igual que muchas otra figuras del mundo se convierte en una voz de reflexión, de memoria, en un simbolismo sociocultural, se vuelve incluso profano y pagano, en Ia medida que es el mismo pueblo que lo recrea y asume su pensamiento fuera de las prescripciones y recetas institucionales; nace y se aleja de Ia iglesia tradicional, renace en Ia esperanza, acercándose y vinculándose con el pueblo excluido de todos los proyectos de beneficio económico, social y cultural; a partir de esto, adquiere el carácter popular en El Salvador y en muchos sitios del mundo.
En rigor, a Ia universalización de un personaje en icono simbólico, tiene imbricadas causas, pues en su práctica Monseñor Romero tuvo Ia suficiente valentía, coraje y capacidad creativa de romper los silencios sesgados, negados en los distintos niveles y espacios donde se vulneran los derechos humanos. Le enseñó al mundo que no debemos callarnos frente a Ia injusticia, y nos ilustra una frase que pronunció en una de sus homilías en 1979: “N0 podemos callar en un mundo tan corrompido, tan injusto” como ya dije, irrumpe el silencio, esa cultura del silencio impuesta y heredada desde la conquista, y que tanto mal nos ha hecho, allí Ia voz de Monseñor Romero, trasgrede los patrones del macro sistema, vuelve el silencio en voz activa, le da vida plena a la voz, la convierte en arma del pensamiento y de conciencia para Ia historia, le da signo a Ia esperanza, propicia un lenguaje emergente y le da cuerpo a Ia vida con equidad, libertad y justicia.
Ahora, después de treinta y un años de su martirio o asesinato, su palabra, pensamiento y heroísmo sigue siendo vigente para Ia nuevas generaciones, no solo salvadoreñas, pues se ha convertido en un importante referente filosófico, religioso, teológico, en lo social y antropológico a nivel centroamericano, latinoamericano y universal. No es casual que haya trascendido coma icono en los macrocosmos universales, al igual que tantos personajes, de Ia misma manera que Quetzatcoatl representó para los mayas cohesión, signo de vida y renacimiento, así como Martin Luther King, es el signo de Ia reivindicación de los Derechos Civiles de Ia raza negra en Los Estados Unidos o Sor Juana Inés de Ia Cruz un referente significativo de la literatura para las mujeres. Monseñor Romero representa un libro abierto para Ia vida, es narración donde Ia lectura es Ia democratización de Ia palabra, es Ia voz frente al etnocidio y genocidio en todo el sentido de Ia palabra, es principio envestido de justicia.
De manera que, frente a las toneladas de imágenes e iconos vacíos producidos por los medios de comunicación tecnológicos, las artes “no cuitas” o las que son consecuentes con las aspiraciones populares, las que no se anexan al fenómeno del mercado. Las artes y la literatura han retomado ese icono que representa un símbolo trascendente a Ia memoria de él y del pueblo, de todos aquellos sectores que creen y hacen suya su palabra.
El pueblo lo ha recreado estéticamente en distintos géneros del arte y la literatura; composiciones, creaciones, recreaciones e interpretaciones. Su imagen también ha sido producida en diversidad de regiones tanto locales como internacionales, recreaciones procesadas a través de Ia imaginación de artistas profesionales, aficionados, estudiantes, artesanos, de las comunidades eclesiales de base, grupos de jóvenes, ecuménicos, laicos, paganos, y hasta ateos, (si es que los hay), pandilleros, reos, mujeres, hombres.

En la literatura.
Están los poetas y escritores salvadoreños como: Miguel Ángel Chinchilla, con su  “Vía crucis” titulado “ROMEROCRUCIS” (Editorial “Sombrero Azul”, ASTAC, 1996), María López Vigil con su obra “Monseñor Romero, Piezas Para Un Retrato”. También están: Roberto Armijo, Matilde Elena López, José Roberto Cea, Joaquín Meza, Alfonzo Velis Tobar, Rafael Gochez Sosa, Salvador Juárez, Alfonzo Hernández, David Morales, Carmen González Huguet, Otoniel Guevara, Francisco Andrés Escobar, Luis Melgar Brizuela, Ramón Hernández, Alfonzo Quijada Urias, entre otros
Otros escritores de Latinoamérica, del Caribe y de otros pueblos hermanos. Destaca el obispo y poeta brasileño Pedro Casaldiga, con su “San Romero de América” Julia Esquivel de Guatemala, los españoles: Joaquín Marco, Vidal Gutiérrez, José María Valverde, Julio Huasi de argentina, Cesar López de Cuba. El poemario “El pequeño libro de Monseñor Oscar Romero” compilación e introducción de Don Mullan, producido en Dublín, Irlanda.

En la música.
 Innumerable es  la producción nacional e internacional. “El padre Antonio y su monaguillo Andrés” (1980), del cantautor panameño Rubén Blades, el cantautor nicaragüense Luis Enrique Mejía Godoy grabó “Con Farabundo y Romero”, en 1981  Nancy White en su  álbum Sort of Political  está el tema “Hymn to Oscar Romero”. En 1981, el clásico compositor brasileño Jorge Antunes compuso para coro y orquesta sinfónica y con textos del Che Guevara “Elegía Violeta para Monseñor” y Jean-Luc Ponty compone “Elogio para Óscar Romero” una pieza instrumental.
Músicos salvadoreños. En1980, Guillermo Cuellar y Paulino Espinoza graban “La Misa Popular Salvadoreña”, “San Romero de América” de Pedro Casaldiga, es el poema más conocido de los escritos para “Monseñor”, el cual se convierte en uno de los más duros testimonios y crítica para aquellos que conspiraron y traicionaron al propio hermano, ”la curias no podían entender este poema el que lo bautizó como San Romero de América”
Alvar Castillo compone el “Homenaje a Mons. Romero”, canción que se graba en Vancouver, Canadá en el disco “Canto a la Patria Revolucionaria” también interpretado por el grupo Yolocamba Ita y que se conoce popularmente como “Símbolo de Rebeldía”. Esta canción recoge otra de las facetas de Romero, el profundo amor que tiene por su pueblo y su enorme capacidad de mover las conciencias utilizando solamente su “palabra sencilla”. …..”. Está en el campo donde más se le canta a “Monseñor” y que sea un campesino de Aguilares el que componga uno de los corridos más conocidos y queridos por la gente: el “Corrido a Monseñor”…Espinoza, Paulino, “Monseñor Romero, fuente inagotable de inspiración”, El Salvador, marzo de 2009.
Igualmente en El Salvador hay muchos grupos del Canto Popular que han destinado su música a Monseñor Romeros. El grupo Jilguero de ASTAC, con el tema "Canción a Monseñor Romero" letra y música de Saúl López, e interpreta el tema “San Romero Santo Ungido"  del cantautor  fallecido Jorge Yaquian, Jilguero, nace a finales de la década de los  ochenta, su labor musical reside y se proyecta en el acompañamiento de las luchas de innumerables comunidades al interior del país, además, desde la antropología y la música, desarrolla toda una trabajo de rescate de la memoria colectiva de las comunidades.
De igual manera están Los Torogoces de Morazán, con su “Corrido a Monseñor Romero”, Los Norteñitos, Sierra Madre con su “Cumbia a Monseñor Romero”,  el grupo Horizontes, que le ha dedicado los siguientes temas:  “Homenaje a Monseñor Romero” y Pastor y Profeta” ,. El músico salvadoreño Arturo Corrales, radicado en u Suiza ha creado un “Ofertorio a Monseñor”, para mencionar algunos grupos e intérpretes

Cine y teatro
La producción cinematográfica de “Romero” dirigida por John Duing y magistralmente actuada por el fallecido actor puertorriqueño Raül Julia, “EL Salvador”(1986) película de Oliver Stone, “El Cielo abierto” del mexicano Everardo González, en el teatro “El Martirio del Pastor” de Samuel Rowinski del costarricense, puesto en escena por el Teatro “La Fragua” de Honduras, “La ofrenda del Escarlata” del dramaturgo francés Jean Pierre Nortel y ”En el nombre de Dios”, obra de teatro del dramaturgo salvadoreño Carlos Velis.

En las artes visuales
En El Salvador se  encuentra  desde Ia pared más alejada y humilde del país,  producida en comunidades, hasta en muros tratados profesionalmente, así tenemos: murales realizados por comunidades en El Paisnal, Perquín Morazán, Copapayo, camino a San Francisco Echeverría, donde aparece la imagen de monseñor y el sacerdote Rutilio Grande( asesinado); en Guarjila, Mejicanos, los murales pintados par los estudiantes de arte del Cenar y de la escuela de arte de Ia Universidad de El Salvador, en las paredes de Ia facultad de Derecho y en algunos muros de Ia misma universidad, los murales en algunas alcaldías y parques, o bien los murales de Ia entrada de el hospitalito de Ia Divina Providencia en San Salvador, en los sindicatos, cárceles y hasta en tatuajes.
Otros (en El Salvador) murales comunitarios en sitios  como: Zaragoza, La Libertad, en Nejapa, en Tecoluca, en Ia parroquia Madre de Los Pobres en Ia comunidad La Chacra de San Salvador, en Ia Parroquia El Tránsito de Ia colonia El Pepeto de Soyapango, en Suchitoto en Ia casa comunal del barrio conocido como El Platanar. También los murales comunitarios coordinados y dirigidos por ASTAC en Ia Parroquia de San Carlos Lempa. Asimismo, en Ia Escuela Tomas Regalado en Perulapía producido por Ia Juventud Cultural de PerulapIa, y algunas coordinadas con comunidades como es el caso de Ia comunidad Santa Cecilia, en el Hogar Divina Providencia de Santa Tecla, para mencionar algunos.
En pintura profesional de caballete, ha sido trabajado por los siguientes artistas salvadoreños Antonio Bonilla, Benjamín Cañas, Miguel Ángel Orellana, Armando Solís, Camilo Minero, Fernando Llort, y Álvaro Sermeño en murales comunitarios y en el 2010 por Rafael Varela, entre otros.
Isaías Mata lo ha plasmado tanto en pintura de caballete como en murales: “Pathfinder Mural” en Manhattan, New York,(1998), en el mural de “500 años de Resistencia” en Ia iglesia de San Pedro, San Francisco California,(1992) en Ia Universidad de Burlington, Vermont,(1989) tres murales movibles usados en las últimas vigilias en memoria de Monseñor Romero ( 2003, 2004, 2005) que realizó La Asociación Salvadoreña de Trabajadores del Arte y a Cultura, ASTAC, y el mural donado por ASTAC a la Casa Museo Monseñor Oscar Arnulfo Romero en el Hospitalito de Ia Divina Providencia,.
En pintura mural fuera de El Salvador, ha sido trabajado  por incontables autores, ya en 1978, fue pintado  en el Centro Cultural Chileno, “La Peña” de Berkely, California por O'Brien Thiele, Osha Neuman, Ray Patlan y Anna De León, por Juana Alicia Montoya, Miranda Bergman, en San Francisco California, por Precita Eyes Murals (asociación de muralistas de San Francisco California) en Balmy Alley y Judy Baca en Los Ángeles, Luis Ramírez de Chile, por los estadounidenses Michael Walter Carrasco, Eugene Woodstock Luis Ramírez, Frank Díaz Escalet, entre otros.
En la escultura están las siguiente producciones: el escultor salvadoreño Napoleón Romualdo con bustos y piezas de cuerpo entero en bronce, emplazado en ‘La Plaza Monseñor Romero”, al pie de Ia plaza de El Salvador del Mundo, o el busto realizado por Leónidas Ostorga en el Centro Pastoral de la Universidad José Simeón Cañas de El Salvador, UCA.  La cripta de la Catedral Metropolitana de San Salvador donde reposa Monseñor Romero, esta la escultura en bronce donada por la Comunidad Romana de San Egidio, esculpida por el escultor italiano Paolo Borghi con la frase ”Durmiendo el sueño de los justos”
 En Ia Abadía de Westminster en Londres, Inglaterra, esta la escultura de Monseñor Romero elaborada por el escultor Jonh Roberts (1998) y en la Catedral Nacional de Washington, D, C, se erigió otra escultura esculpida por Barry Woods Johnston
Por otro lado, tenemos los miles y miles de ejemplares trabajados por artesanos en semillas de copinol, hueso, madera, textiles, papel, cuero, material sintético, resueltos en llaveros, monedas, camisetas, blusas, lapiceros, tazas, cerámica, toallas, bolsos, escapularios, gorras, monederos, carteras, binchas etc., etc.
De igual forma conocemos Ia exorbitante producción con altos contenidos estéticos y compositivos en Ia fotografía, producción impresa compilada en libros y obra suelto tanto a color, como en blanco y negro realizada por fotógrafos profesionales y fotoperiodistas, así como también por aficionados, estudiantes y profesionales tanto nacionales como internacionales. De igual manera, Ia producción en papel es infinita, en folletería, periódicos, revistas, libros y afiches, producida por organismos salvadoreños como el  Equipo Maíz, La Asociación de Trabajadores del Arte y la Cultura, ASTAC., El Comité Monseñor Romero, instituciones educativas, organizaciones laicas, etc.
Toda esta riqueza de tratamientos en la plástica, música, el teatro, el cine la literatura y las artesanías entre otras expresiones, representa ser un icono en la democratización de Ia imagen, adquiere un sentido pleno en compartir utopías, una necesidad de apuntar al futuro con esperanza, imaginación con identidad. Representa un nuevo capítulo para el rescate de Ia identidad socio cultural de El Salvador que, al igual que Anastasio Aquino, Farabundo Martí y Roque Dalton, Monseñor Romero, es un hito, además de ser un motivo fuerte para la creación, es un punto de partida en Ia iconografía estética.
No hay duda que Ia influencia de Monseñor Óscar Arnulfo Romero en el arte, ha trascendido en los distintos niveles de Ia vida, es una declaración contestataria y de fe, que alberga el fundamento de Ia dignidad humana, como Ia imagen que ampara a decenas de sacerdotes, monjas, religiosas y religiosos, miembros  de las comunidades eclesiales de base, laicos, estudiantes, obreras y obreros, campesinas y campesinos, profesionales que fueron asesinados y que aún en estos días, se sigue sufriendo Ia escalada de Ia violencia estructural,
De manera que, siendo enfático con los verdaderos propósitos del arte y la literatura, Ia imagen de Monseñor Romero se ha universalizado, porque representa una idea de libertad, sin ataduras, su ejemplo es un tema que genera conciencia social, más allá de las posiciones religiosas, es irradiación e inspiración a lo social, a lo humano, estético y a las artes. Un icono que cada vez cobra fuerza a un ideal que vincula las necesidades y expresiones de grupos sociales y su lucha constante por Ia conquista y construcción de un mundo mejor.
Monseñor Romero después de 31 años de su martirio, su palabra y voz sigue viva, es la voz con fe y esperanza más importante para el pueblo, su voz sigue teniendo vigencia ante la implacable marginación, la injusticia, la inequidad, desigualdad, violencia, censura, corrupción la impunidad, entre otros males que aquejan a las grandes mayorías. Es lamentable que a sus 31 años de su asesinato, este hecho continúe siendo impune y su imagen sea usada para fines políticos y pragmáticos.
"Éste es el gran mal de El Salvador: la riqueza, la propiedad privada, como un absoluto intocable. ¡Y ay del que toque ese alambre de alta tensión! Se quema" (2 de agosto, 1979), profetizaba en su homilía que, aún en el siglo XXI, y con un gobierno que acuñó su palabra no se haya resuelto su asesinato y o se haya puesto en práctica su voz.
 Concluyendo, por toda su enseñanza por su legado, por su voz envestida en el pueblo vivo,  es icono y fuerte motivo sensible de inspiración para las artes, porque su palabra e imagen es significado y patrimonio de las y los salvadoreños; en definitiva, es parte de Ia identidad socio cultural salvadoreña, de los pueblos y grupos humanos que luchan por Ia paz y por un mundo Ileno de justicia, verdad, vida, libertad, equidad y respeto a Ia dignidad de hombres, mujeres y a la naturaleza.


 Isaías Mata.
18 de marzo 2011



De la galería de los Mártires del siglo XX, en la Abadía de Westminster, Londres, Inglaterra

Pancarta a Monseñor Romero

Película "Romero", dirigida por John Duing